Reseña Cómic: '30 Días de Noche'
Cuando Steve Niles presentó el borrador de '30 Días de Noche' para que fuera una futura película, nunca imaginó que se convertiría en uno de los mejores cómics de terror del nuevo milenio y quizás, con permiso de la serie 'American Vampire', en la historia de vampiros de referencia en el mundo de la viñeta.
Su inesperado éxito dió lugar a dos secuelas de la historia original ('Días Oscuros' y 'Regreso a Barrow'), varios spin-offs y, lo que es más importante, llegó al gran público con una adaptación cinematográfica dirigida en 2007 por David Slade ('Hard Candy') y protagonizada por Josh Harnett ('The Faculty'). Eso sí, su estreno en la gran pantalla fue algo discreto y la cinta pasó bastante desapercibida, pero eso es otra historia...
El guionista Steve Niles tras editar varias de sus obras a través de su propio sello, Arcane Comix, decidió juntarse con un prometedor artista americano de origen australiano llamado Ben Templesmith. Su intención era publicar conjuntamente una historia de vampiros que, año tras año, había sido desechada por las principales productoras de cine del país.
Finalmente, su colaboración en forma de cómic llegaría a las estanterías en 2002 a través de IDW Publishing.
En '30 Días de Noche' la acción se traslada a la fría Barrow (Alaska), un pequeño y solitario pueblo que debido a su cercanía con el círculo polar ártico "sufre" de un mes entero al año sin luz del sol, o lo que es lo mismo, de treinta noches de auténtica oscuridad.
Dicha circunstancia será aprovechada por un clan de cruentos vampiros, que se sentirán como pez en el agua sin el riesgo de morir calcinados por la mañana y que darán rienda suelta a su insaciable sed de sangre.
Para combatir este brutal asedio, los vecinos de Barrow depositarán todas sus esperanzas en los dos protagonistas de la historia: el sheriff del pueblo, Eben Olemaun, y su ayudante, su esposa Stella. Ambos harán todo lo posible por derrotar a la horda de chupasangres y sobrevivir, al menos, hasta que de nuevo salga el sol.
Aunque la narrativa de Steve Niles es muy fluida en todo momento, el punto fuerte del cómic es, sin lugar a dudas, la exuberancia visual que aportan los lápices de Templesmith.
A pesar de que puede evocar ligeramente al estilo del legendario dibujante de 'Los Nuevos Mutantes', Bill Sienkiewicz, los trazos de Ben Templesmith resultan originales y encajan a la perfección con la temática terrorífica de la obra. En cada viñeta, podremos disfrutar de una mezcla de imágenes espeluznantes (casi grotescas) con pinceladas surrealistas que rozan la caricatura.
En cuanto a las ediciones de '30 Días de Noche' en nuestro país, la primera llegó en 2003 gracias a la editorial Devir Iberia, que lo publicó en un tomo de 88 páginas a color en tapa blanda.
Pero la más recomendable, es la que publicó Norma Editorial en diciembre de 2011: un vistoso tomo de 384 páginas a color en formato cartoné con sobrecubierta, recopilando en un solo volumen este cómic junto con sus otras dos secuelas.
Frase memorable: "Largaos de mi pueblo" (Eben al clan vampírico)
Lo mejor: La portada y el espectacular dibujo en todo el cómic de Ben Templesmith.
Lo peor: Puso el listón muy alto para el resto de secuelas, miniseries y spin-offs posteriores.
Nota final: 9'5.
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