Reseña Cómic: 'The Crow'
Si por algo es recordado el personaje de 'The Crow', icónico antihéroe de la subcultura gótica, es por su adaptación cinematográfica, una cinta de culto que convirtió en mito del cine casi de inmediato a su actor protagonista, el malogrado Brandon Lee, tras morir en un trágico accidente durante su rodaje.
Pero detrás de una gran película, que marcó a toda una generación, está el cómic en la que se basa, todo un hito del underground que esconde la historia personal de su autor, James O'Barr.
Desde niño, James O'Barr había crecido en un orfanato y tras conocer con apenas 18 años a una chica llamada Beverly, encontró la verdadera felicidad, lo que les llevó a prometerse en pocos meses.
Una noche de 1978, James llamó a Beverly para que le fuera a recoger en coche, ya que el suyo no tenía los papeles del seguro en regla.
Sin duda, fue una decisión de la que se arrepentiría el resto de su vida: unos instantes después de esa llamada, Beverly fue arrollada por un camionero ebrio y murió en el acto.
Tras conocer que el conductor solo iba a cumplir seis meses de cárcel, destrozado y sin nada que perder, decidió alistarse en el Cuerpo de Marines.
Fue destinado a Berlín, donde animado por uno de sus compañeros, empezó en 1981 a dar forma a 'The Crow', una historia de venganza a modo de diario catártico.
Para James O'Barr fue la mejor manera de volcar toda su frustración, ira y culpabilidad que llevaba arrastrando desde la fatídica muerte de Beverly.
Para la historia de sus protagonistas, a los que llamó Eric (por 'El Fantasma de la Ópera') y Shelly (por la autora de 'Frankenstein', Mary Shelley) se inspiró en una tétrica noticia que recordaba haber leído en un periódico de Detroit: una joven pareja fue asesinada en su casa por un botín de apenas 20 dólares, su anillo de compromiso.
Rechazada durante años por varias editoriales, en 1989 fue publicada por la modesta Caliber Press, pasando desapercibida en las tiendas de cómics y siendo relegada a las estanterías de algunas tiendas de música que vendían distinto merchandising gótico.
El éxito del cómic llegó tras el estreno de la película de 1994, convirtiéndose con el paso de los años en la novela gráfica en B/N más vendida de la historia (con más de 750.000 ejemplares repartidos por todo el mundo) y, a su vez, en una franquicia de lo más rentable con multitud de cómics (con un total de cuatro miniseries), figuras, videojuegos y juegos de cartas.
La historia tiene como protagonistas a Eric Draven y su prometida Shelly Webster, que son asaltados por una banda de violentos delincuentes en medio de una solitaria carretera cuando su coche se avería.
Al tratar de proteger a Shelly, Eric es disparado por detrás a sangre fría y en sus últimos momentos de vida, presencia desde el suelo como ella es golpeada, violada por cada uno de los miembros de la banda y, por ultimo, asesinada cruelmente de otro disparo.
Justo un año después y guiado por un cuervo de origen sobrenatural, Eric resucita con poderes sobrehumanos que le convierten en un ser prácticamente inmortal.
Su objetivo es claro: cumplir su venganza y regresar, esta vez para siempre, con su amada Shelly.
Sería muy difícil describir la obra con una sola palabra, ya que 'The Crow' engloba varios conceptos como el dolor, la rabia, la frustración, pero también es un relato de redención y de perdón.
En esencia, se trata del reflejo del alma hecha pedazos de James O'Barr atrapada en un personaje de aspecto siniestro llamado Eric Draven.
'The Crow' es una melancólica carta de amor hecha desde el corazón pero que también tiene su origen en el lado más iracundo y oscuro del ser humano.
Al fin y al cabo, no hay que olvidar que se trata de una historia de venganza por la pérdida de un ser querido, enmarcada en un sucio ambiente urbano, cuya violencia prevalece y donde la justicia termina imponiéndose.
El lenguaje que utiliza O'Barr a lo largo del cómic es poético y muy profundo, rozando en ocasiones lo melodramático.
Se puede afirmar sin dudarlo que cada línea de su texto tiene una gran carga emocional, capaz de producir escalofríos hasta al lector más tibio.
La intensidad que desprende es su principal baza, dotando al personaje de Eric Draven de un halo místico que le asemeja a un ángel vengador sin espada pero armado hasta los dientes con armas de fuego.
Además, su potente narrativa se complementa con el uso de flashbacks, imágenes alegóricas y ensoñaciones, otorgándole al cómic un original toque onírico.
Aunque James O'Barr asegura tener como referentes a grandes dibujantes como Will Eisner, Bernie Wrightson o Frank Frazetta, su estilo dista bastante de estos genios de la viñeta y se caracteriza por ser algo tosco y feísta, convirtiéndolo en poco accesible para el gran público.
Visualmente, 'The Crow' destila irregularidad por todos y cada uno de sus poros, ya que alterna espectaculares páginas (como varias "splash pages" de mucho mérito) con otras que poseen un dibujo descuidado y hasta caricaturesco.
Aún así, hay que tener en cuenta que cuando la dibujó, se trataba de la ópera prima de un veinteañero inexperto en el mundo de la ilustración.
Teniendo la película en mente y en especial, el buen sabor de boca que dejó, su tono melodramático y la irregularidad de su apartado gráfico pueden crear cierto rechazo inicial y parecer, a simple vista, una lectura algo densa y poco recomendable.
Sin ser un cómic 100% de terror sino más bien una historia de acción con tintes fantásticos, no deja de ser todo un clásico dentro del mundo de la historieta.
'The Crow' fue una obra rompedora, violenta, algo subversiva y sobre todo, fiel reflejo de la influencia directa que produjo la música de bandas góticas y post-punk del momento (como The Cure o Joy Division) en el trabajo de James O'Barr.
En cuanto a las ediciones de 'The Crow' en nuestro país, la obra llegó a España gracias a la editorial Glénat, que aprovechando el tirón de su adaptación cinematográfica, publicó primero en 1995 el cómic en formato grapa y, posteriormente, recopiló los cuatro números de la serie en un solo volumen en rústica de 128 páginas.
En 2011 y por su 30 aniversario, Glénat apostó por un tomo llamado 'Edición Definitiva' de 248 páginas y con abundante contenido extra, como un final añadido, varios flashbacks inéditos y material descartado en la edición original (incluso tenía páginas redibujadas por el propio O'Barr).
Finalmente, ha sido Norma Editorial que en 2018 nos ofreció de nuevo esta edición definitiva pero en un "envoltorio" de lujo: cartoné de imitación de piel, título impreso en tinta metálica color rojo y una sobrecubierta de papel en tamaño cuartilla con un primer plano de Eric Draven, en 272 páginas en B/N (con 6 a todo color).
Por cierto, la portada de esta reseña pertenece a esa edición.
Frase memorable: "¡Te amo con el aliento, las sonrisas y las lágrimas de toda mi vida! Y aunque Dios me lleve, te amaré aún más después de la muerte" (Eric Draven)
Lo mejor: Es una obra que, para bien o para mal, no deja indiferente a nadie que la lee.
Lo peor: Su irregular y poco accesible dibujo puede echar atrás a más de uno...
Nota final: 8.
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